Libro de Redención.

William Branham.
 

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La Brecha.

Ahora, subí el Cañón y llegue hasta donde ya no podía subir. Y estando allí sentado le rogué al Señor, que me mostrara lo que significaba todo esto. Yo estaba algo inquieto y no sabía exactamente qué hacer. Entonces, mientras estaba orando, sucedió una cosa muy rara. Yo quiero ser honesto. Ahora, es posible que me haya dormido. Pudo haber sido un trance o pudo haber sido una visión. Estoy más o menos inclinado a creer que fue una visión que... Yo tenía las manos extendidas, diciendo: “Señor, ¿qué significa esta explosión? ¿Y qué significa la constelación de esos siete Ángeles en la forma de una pirámide que me levantaron de la tierra y me apuntaron hacia el este, qué significa”?

Yo estaba parado allí en oración, y algo sucedió. Y ahora, algo cayó en mis manos. Ahora, Y yo sé si Ud. no entiende las cosas espirituales, esto le puede parecer muy raro. Pero algo cayó en mis manos. Y cuando me fijé, era una espada. Y el puño era hecho de perla, la perla más hermosa que jamás he visto. Y la guarnición (Uds. saben, donde... me supongo que es para la protección de las manos, Uds. saben, mientras la gente está en la esgrima o el duelo) era de oro. Y la hoja de la espada no era muy larga, pero tenía un filo muy afiladísimo; y era de plata brillante. Y era la cosa más hermosa que jamás he visto. Me quedaba perfectamente en la mano. Y yo la estaba deteniendo. Yo Dije: “¡Qué hermosura”! La miré. Y pensé, “Pero, Ud. sabe, yo siempre he tenido temor de la espada”. Estoy agradecido que no viví en los días cuando se usaban porque tengo temor del cuchillo. Así que pensé: “¿Qué haré con esto”? Y mientras la tenía en las manos, una Voz de alguna parte dijo: “Esa es la espada del Rey”. Y en eso desapareció.

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Así que, en estas cosas estamos solamente suponiendo, porque yo sin tener una educación, tomo los tipos. Yo miro y veo lo que es, o lo que fue en el Antiguo Testamento, lo cual es un tipo o sombra del Nuevo, y así tengo una idea de lo que es el Nuevo. ¿Ven? Como si Noé entró en el arca antes de que comenzara la tribulación, un tipo; pero aun antes de que Noé entrara en el arca, Enoc subió antes de que cualquier cosa sucediera. Y Lot fue llamado fuera de Sodoma antes de que cayera una pizca de la tribulación destructora; pero Abraham siempre estuvo fuera no en medio de eso. ¿Ven los tipos?

Pero ahora leeremos el primer versículo. Leeré los primeros dos o tres versículos:

Y vi en la mano derecha del que estaba sentado sobre el trono un libro escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos.
Y vi a un ángel fuerte que pregonaba a gran voz: ¿Quién es digno de abrir el libro y desatar sus sellos?
Y ninguno, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el libro, ni aun mirarlo. (¡Qué libro!)
Y lloraba yo mucho, porque no se había hallado a ninguno digno de abrir el libro, ni de leerlo, ni de mirarlo. (Ahora ¿ha blando de ser indigno? Ni aun digno de mirarlo; ningún hombre, en ninguna parte.)
Y uno de los ancianos me dijo: No llores. He aquí que el León de la tribu de Judá, la raíz de David, ha vencido para abrir el libro y desatar sus siete sellos.
Y miré, y vi que en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, estaba en pie un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos, los cuales son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra.
Y vino, y tomó el libro de la mano derecha del que estaba sentado en el trono.

Aquí haremos una pausa por unos momentos, de la lectura de Apocalipsis 5, hasta el versículo 7 inclusive.

Este Libro sellado con Siete Sellos es revelado en el tiempo de los Siete Truenos de Apocalipsis 10.

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Ahora, vean, el misterio de este Libro sellado con Siete Sellos será revelado al proclamarse el Mensaje del ángel de la séptima edad de la iglesia. “El séptimo ángel comienza a tocar”, y allí están los mensajes escritos, y los tenemos en forma de cintas y en libros. Ahora, “En el comienzo de la proclamación del Mensaje, el misterio de Dios deberá ser consumado” para ese tiempo. Ahora notaremos, El Libro, del misterio de Dios, no es revelado hasta que se proclama el Mensaje del séptimo ángel. Ahora, estos detalles serán muy importantes en los Sellos, de eso estoy seguro; porque cada parte tiene que cuadrar. Ahora, esto está escrito misteriosamente porque ningún hombre en ninguna parte conoce esto. Únicamente Dios, Jesucristo. ¿Ven?

Ahora, pero es un Libro, un Libro misterioso. Es el Libro de Redención. Entraremos en eso más adelante. Y ahora sabemos que este Libro de Redención no será enteramente entendido; ha sido examinado a través de seis edades de la iglesia. Pero en el fin, cuando el séptimo ángel comience a proclamar su misterio, él entonces atara todos los cabos sueltos que los demás intentaron investigar. Y los misterios bajan de parte de Dios, como la Palabra de Dios, y revelan la revelación entera de Dios. Entonces la Deidad y todo lo demás queda arreglado. Todos los misterios, como la simiente de la serpiente y todos los demás, deben ser revelados.

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Noten, bien. Los Siete Sellos en el Libro tienen (estos) al Libro sellado. El Libro está absolutamente sellado. ¿Lo pueden ver? El Libro es totalmente un Libro sellado hasta que los Siete Sellos son abiertos. Está sellado con Siete Sellos. Ahora, eso es distinto a los Siete Truenos. ¿Ven? Estos son Siete Sellos sobre el Libro. Y el Libro no será... los Sellos no serán dados a conocer hasta el Mensaje del séptimo ángel. ¿Ven? Así que estamos suponiendo; pero la genuina revelación de Dios será hecha perfecta en esa proclamación, Verdad vindicada. Ahora, eso es exactamente lo que dice la Palabra: “El misterio debe ser consumado en ese tiempo”. Y este Libro con los Siete Sellos, recuerden, estaba cerrado aquí en Apocalipsis capítulo 5, y luego en Apocalipsis el capítulo 10 está abierto.

Y ahora vamos a ver qué dice el Libro acerca de cómo es que llegó a estar abierto. Y no es dado a conocer hasta que el Cordero toma el Libro y rompe los Sellos y abre el Libro. ¿Ven? El Cordero tiene que tomar el Libro. Es de El. Ahora recuerden, “Ningún hombre en el Cielo, ningún hombre sobre la tierra”, Papa, obispo, cardenal, presbítero estatal, o quien fuera, “puede romper los Sellos, ni revelar el Libro, sino el Cordero”. Y hemos indagado y conjeturado y tropezado y especulado, y debido a eso todos estamos en semejante confusión; pero con la promesa Divina que este Libro de Redención será abierto perfectamente por el Cordero, y los Sellos del mismo serán desatados por el Cordero, en los últimos días, en los cuales estamos viviendo. Y no es dado a conocer hasta que el Cordero toma el Libro y abre los Sellos. Porque recuerden, el Libro estaba retenido en las manos de Aquel que estaba sobre el Trono. “Y el Cordero llega ante El que está sentado sobre el Trono y toma el Libro de Su mano derecha” - toma el Libro.

Oh, eso es profundo. Trataremos de resolverlo si podemos, con la ayuda del Espíritu Santo. Ahora. estamos dependiendo de Él. Y veremos más adelante que es en el tiempo del fin “Cuando el tiempo se haya terminado”. Ninguna denominación tiene el derecho de interpretar el Libro. Ningún hombre tiene el derecho de interpretarlo. Es el Cordero quien lo interpreto. Y es el Cordero que lo pronuncia, y el Cordero hace que la Palabra se dé a conocer al vindicarla y traer la Palabra a Vida. ¡Exactamente!

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La ley de Dios requería un sustituto inocente. Y ¿quién era inocente? Todos los hombres habían nacido por medio del sexo, según el sexo, todos. Y el único que no había nacido así había canjeado los derechos a la Vida Eterna y de ser rey sobre la tierra. Oh, cuando pienso en la Escritura, “Porque nos has redimido para Dios y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra”. ¡Oh, qué cosa! ¿Qué? ¡El Pariente Redentor! ¡Qué relato tendríamos aquí! Noten, la ley requería un Pariente Redentor para redimir alguna cosa perdida. La gracia cumplió con este requisito en la Persona de Jesucristo. Un pariente tenía que nacer del linaje humano.

Ahora ¿cómo pudiéramos cuando todo hombre que nace, tiene que...? Y cualquiera que no pueda ver que fue un acto sexual allá, está completamente ciego, porque todo el que nace, nace de mujer. Y Dios requirió un Pariente Redentor, y tenía que ser humano. ¡Oh qué cosa! Ahora ¿qué se puede hacer? La ley requería un Pariente Redentor. Ahora, El no podía aceptar un Ángel. El tenía que tener un hombre, porque no somos parientes a los Ángeles. Somos parientes el uno al otro. El Ángel no cayó. El es un ser completamente distinto, tiene un cuerpo diferente. El nunca pecó ni nada. El es distinto. Pero la ley requería un Pariente Redentor. Y todos los hombres sobre la tierra habían nacido por el sexo. Ahora ¿pueden ver que de allí comenzó la cosa? Allí es donde tuvo su principio el pecado. ¿Pueden ver en dónde está ahora? Allí es donde entra la simiente de la serpiente. ¿Ven?

Ahora noten, se requería un Pariente Redentor. Y el Redentor, Pariente Redentor, tenía que nacer de la raza humana. Eso nos deja a un lado. Pero permítanme tocarles la Trompeta. El nacimiento virginal produjo el producto. ¡Amen!. El nacimiento virginal produjo nuestro Pariente Redentor. No fue otro sino el Dios Todopoderoso que llegó a ser Emanuel, uno de nosotros. ¡Emanuel! El “Pariente Redentor” se cumplió... ¿Ven cómo Dios demanda un requisito, y nosotros mismos nada podemos hacer? Pero viene la gracia y hace sombra a la ley y produce el producto. Amen.

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Ahora, fíjense Ud. El Libro de Rut nos da un cuadro muy precioso de esto, como fue que Booz y Noemí había perdido la propiedad. Uds. saben. Uds. me han escuchado predicar sobre eso, ¿verdad que sí? Levanten la mano si me han oído predicar al respecto. Así que entienden. ¿Ven? Booz tuvo que convertirse en un redentor. Y él era el único que podía hacerlo. El tenía que ser un pariente, un pariente cercano. Y al redimir a Noemí, entonces obtuvo a Rut. Ese era Jesús, Booz tipificando a Cristo. Y cuando El redimió a Israel, obtuvo la Novia gentil. Cuando, Ud. ve... Es un cuadro muy precioso. Y estoy seguro que tenemos la grabación de eso, si la desean obtener.

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La gracia produjo la Persona de Jesucristo. Y ahora hallamos este Libro... Dios ensanchó Su carpa, vino de ser Dios para ser un hombre. El cambió Su linaje del Todopoderoso para ser un hombre; para tomar la forma de hombre para que El pudiera morir, para redimir el hombre. Esperen que le veamos, cuando no había ninguno digno. ¿Ven?

Muy bien. En la Biblia, en el Libro de Rut, a medida que lo lean, se darán cuenta que tal persona era llamada el “goel”, g-o-e-l. Fue llamada el goel, o era una persona que podía cumplir con los requisitos. Y el goel tenía que ser capaz de hacerlo, tenía que estar dispuesto a hacerlo, y tenía que ser un pariente próximo para hacerlo. Y Dios, el Creador, de Espíritu, llegó a ser pariente nuestro cuando se hizo hombre, para que El pudiera tomar sobre Sí nuestros pecados y pagar el precio, y así redimirnos de nuevo a Dios. Allí está. Allí está el Redentor. Cristo nos ha redimido. Ahora somos redimidos. Pero todavía no ha reclamado Su posesión. Ahora, Ud. pudiera diferir con eso, pero deténgase un momento, ya veremos. ¿Ven?

El todavía no ha la reclamado. ¿Ven? si El tomó el Libro de Redención, todo lo que Adán tuvo y todo lo que perdió, Cristo nuevamente lo redime. Y El ya nos ha redimido a nosotros. Pero aún no ha tomado posesión; y no lo puede hacer hasta el tiempo señalado. Entonces vendrá la resurrección y entonces la tierra será renovada de nuevo. Y entonces El tomará la posesión, Su posesión que obtuvo cuando nos redimió, pero lo hará en el tiempo señalado. ¡Oh, qué cosa! Esto se describe en este Libro con los Siete Sellos. Muy bien. El Libro de Redención, todo se describe aquí. Todo lo que Cristo hará en el fin, nos será revelado esta semana, en los Siete Sellos, si Dios lo permite. ¿Ven? Muy bien. Nos será revelado....

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La Brecha.

Y vi otro ángel fuerte descender del cielo, cercado de una nube, y el arco celeste sobre su cabeza; y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de fuego.

Y tenía en su mano un librito abierto: y puso su pie derecho sobre el mar, y el izquierdo sobre la tierra;

Y clamó con grande voz, como cuando un león ruge: y cuando hubo clamado, siete truenos hablaron sus voces.

Apocalipsis 10:1-3