Vindicación de un Profeta.

Pearry Green.

En Éxodo 3:13-14, vemos quién declaró a Moisés como un Profeta cuando bajó a los hijos de Israel:

13 Y dijo Moisés á Dios: He aquí que llego yo á los hijos de Israel, y les digo, El Dios de vuestros padres me ha enviado á vosotros; si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre? ¿qué les responderé?
14 Y respondió Dios á Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás á los hijos de Israel: YO SOY me ha enviado á vosotros.

¿Quién reivindicó a Moisés? ¿aceptaron un voto y aceptaron que él era un Profeta? ¿se levantó Faraón y declaró que era un profeta enviado de Dios? No, Moisés fue reivindicado por lo que Dios le había dicho y eso era todo lo que Moisés tenía que seguir. Pero recuerden que a los hijos de Israel se les había prometido un Libertador. Así fue que después de que Moisés los había llevado de Egipto, y a través del Mar Rojo, le había pedido a Dios que les alimentara de codorniz y Maná, había recibido los diez mandamientos esculpidos milagrosamente en piedra, y les había dado, una y otra vez, la palabra del Señor, todavía había muchos que no creían que él fuera el hombre de Dios. ¿Cómo puede ser una cosa así? Simplemente porque querían que alguien lo reivindicara. Preguntaron cómo iban a saber que la palabra de Dios vino a Moisés. No debería haber ninguna duda después de todo lo que habían visto, pero sin embargo dudaron. Tenían fe en Dios y su palabra, pero no podían creer que Moisés era el Profeta de Dios ante la abrumadora evidencia de que él fue enviado por Dios a ellos. Eran simplemente ciegos.

¿Recuerdas, quién reivindicó a Juan el Bautista? Vamos a pasar por esto completamente de nuevo para que no habrá ninguna duda.

Cuando la gente fue a preguntar de Juan "¿quién él era?", según lo dicho en Juan 1:19, eran conscientes de la profecía de Malaquías 4:5-6a. Sabían también, sin duda, de la palabra que había llegado al padre de Juan antes de que naciera Juan, cómo él iría adelante en el "espíritu de Elias" y dé vuelta a los corazones de los "padres a los niños". Ahora sólo puede haber dos razones para la respuesta negativa de Juan a la pregunta de la gente en cuanto a si él era Elias. O le preguntaban si era el Elias de un versículo diferente de la escritura que se le aplicó, o no sabía la palabra. Pero, puedo probar que Juan conocía la palabra, porque cuando le preguntaron: "¿eres tú ese profeta?" Juan sabía que ellos se referían al Profeta prometido por Moisés en Deuteronomio 18. Su negación entonces era de ser ese profeta que Moisés dijo que sería uno como para sí mismo. Finalmente Juan se colocó, en Juan 1:22-23:

Está escrito...
22 Dijéronle: ¿Pues quién eres? para que demos respuesta á los que nos enviaron. ¿Qué dices de ti mismo?
23 Dijo: Yo soy la voz del que clama en el desierto: Enderezad el camino del Señor, como dijo Isaías profeta.

Juan conocía la palabra lo suficientemente bien como para saber que Isaías dijo en Isaías 40:3 que uno vendría “Voz que clama en el desierto: Barred camino á Jehová: enderezad calzada en la soledad á nuestro Dios.” También sabía que Malaquías 3:1 dijo: “el cual preparará el camino delante de mí;” como el profeta Isaías también había dicho. Sin embargo, Juan negó ser Elías. Él sabía que iba a convertir los corazones de los "padres a los niños" porque su padre, Zacarías, había recibido esa profecía. Juan también sabía que él estaba en el espíritu de Elías, así que ¿es posible que le estuvieran preguntando si él era el Elías de Malaquías 4 que iba a transformar el corazón de los "hijos al padre" antes del "gran y terrible" día del Señor? Naturalmente, él les respondió que él no era "ese Elías". Pero, ¿quién reivindicó a Juan? La gente estaba muy interesada en quién era, pero ¿quién era el que se puso de pie y les dijo? Él mismo les dijo quién era, como se registró en Juan 1:23:

Vamos a leerlo de nuevo...
23 Dijo: Yo soy la voz del que clama en el desierto: Enderezad el camino del Señor, como dijo Isaías profeta.

¿Quién reivindicó a Cristo? Lucas 9:18-20 declara...
18 Y aconteció que estando él solo orando, estaban con él los discípulos; y les preguntó diciendo: ¿Quién dicen las gentes que soy?
19 Y ellos respondieron, y dijeron: Juan el Bautista; y otros, Elías; y otros, que algún profeta de los antiguos ha resucitado.
20 Y les dijo: ¿Y vosotros, quién decís que soy? Entonces respondiendo Simón Pedro, dijo: El Cristo de Dios.

En otra cuenta, Jesús respondió: “...porque no te lo reveló carne ni sangre, mas mi Padre que está en los cielos. ...y sobre esta piedra (de apocalipsis) edificaré mi iglesia; y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella.” (Mateo 16:17,18)

Esto nos da nuestra primera pista de la reivindicación de un profeta. Viene por revelación. Y viene por ese profeta vindicando a sí mismo. La palabra de Dios se vindica a sí misma como la palabra de Dios. Moisés se declaró Profeta de Dios. Juan el Bautista dijo que él era aquél de quien Isaías habló, y Jesús enseñó a sus discípulos que él era el Cristo.
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Pero en Juan 10:36-38, Jesús dice esto...
36 ¿A quien el Padre santificó y envió al mundo, vosotros decís: Tú blasfemas, porque dije: Hijo de Dios soy?
37 Si no hago obras de mi Padre, no me creáis.
38 Mas si las hago, aunque á mí no creáis, creed á las obras; para que conozcáis y creáis que el Padre está en mí, y yo en el Padre.

Jesús les dijo que si no podéis creer lo que os digo, entonces creéis lo que me veis hacer. Ahora no hay otra reivindicación de un profeta de Dios: primero, él te dirá quién es. En segundo lugar, hará las obras que le envían a hacer. Así es como se puede decir a un profeta enviado de Dios.

Ahora bien, si hay un profeta antes de la venida del "gran y terrible" día del Señor, uno en el espíritu de Elías. hay ciertas obras que se espera que haga. Sus obras se realizarán como uno en el espíritu de Elías. Él se "convertir el corazón de los niños de vuelta a los padres" Él cumplirá Mateo 17:11 donde Jesús dice que “restituirá todas las cosas” en algunas traducciones, este pasaje Lee "él corregirá aquellas cosas que han salido en error".
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El libro de Apocalipsis habla de esta última edad, la edad de Laodicea, como tener un mensajero que les dirá que son “tú eres un cuitado y miserable y pobre y ciego y desnudo” y no lo saben. En Apocalipsis 10:7, este mensajero se refiere como el séptimo Ángel y dice que, “...cuando él comenzare á tocar la trompeta, el misterio de Dios será consumado, como él lo anunció á sus siervos los profetas.”

Así hay un trabajo definido que el Profeta de Malaquías 4 es hacer. No será reivindicado por una denominación. No estará de acuerdo con la mayoría, pero sabrá quién es. Habrá aquellos que lo verán y no lo conocerán, pero también habrá aquellos con el mismo espíritu que los que aceptaron a Jesús por sus obras, diciendo en Juan 7:31. “...El Cristo, cuando viniere, ¿hará más señales que las que éste hace?”

Pero cuando este profeta de Malaquías 4 viene con el espíritu de Elías para restaurar todas las cosas y terminar el misterio de Dios, el mundo no será digno de él, más de lo que eran dignos de los profetas de antaño. La mayoría de las personas serán propensos a tener tanta religión y a afirmar tantos derechos, que serán ciegos a la visitación.

Este hombre vendrá, haciendo sólo bien. Él vendrá cumpliendo las escrituras, trayendo un mensaje a los elegidos, la novia de Cristo, pero él será odiado por los líderes religiosos. Manifestarán el mismo espíritu que los que estaban al pie de la Cruz y dijeron: "salvó a otros pero a sí mismo no puede salvar". Cada movimiento que este profeta haga será servir a la humanidad, sin embargo, será criticado, malinterpretado, y rechazado por la doctrina que él trae. Ordenado un profeta de la matriz, como todos los profetas, su venida se antesala la segunda venida del Señor Jesucristo-y vendrá en el espíritu de Elías.

Extractos traducidos del... The acts of the prophet Chapter 2.
Lee el plenamente en cuenta en...
De los cuales el mundo no es digno. (PDF)

Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.

Mas él herido fué por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados: el castigo de nuestra paz sobre él; y por su llaga fuimos nosotros curados.

Isaías 53:4,5