El Séptimo Sello.

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  Serie siete sellos.

Silencio en el cielo.


William Branham.

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El Séptimo Sello.

Y ahora hallamos que eso, también, nosotros... El Señor nos permitió tomar la Escritura, la Santa Escritura, lo que dijo Jesús que sucedería. Y ¿cómo hubiéramos hallado eso? Y aquí viene y lo revela, y lo trae exactamente. Allí en Su sermón, respondiendo a eso, expone exactamente en el blanco, seis de los Sellos, pero El omitió el Séptimo. ¿Ven? Luego cuando los Sellos fueron abiertos, noten aquí que Dios omitió el revelar aun cualquier símbolo del Séptimo. ¿Ven? Es un secreto perfecto con Dios. Noten. Ahora vamos a leer en la Biblia, en el Séptimo Sello, lo cual se halla en Apocalipsis capítulo 8:

Cuando abrió el séptimo sello, se hizo silencio en el cielo como por media hora.
[Y eso es todo lo que tenemos al respecto.]

Ahora, ninguno de nosotros sabemos. Pero yo les voy a relatar mi revelación de esto. Y ahora, yo no tengo la costumbre de ser un fanático. Si así es, yo no lo sé. Soy... No soy dado a locuras y las cosas imaginarias. Yo he dicho cosas que para algunos quizás hayan sido raras. Pero cuando Dios viene y lo respalda, y lo vindica, y dice que es la Verdad, entonces esa es la Palabra de Dios. ¿Ven? Puede ser extraño de esa manera. ¿Ven? Y ahora, tan cierto como yo estoy parado aquí en la plataforma esta noche, tuve la revelación que lo reveló. Está en una manera triple. Y ahora con la ayuda de Dios les hablaré de una parte de eso. Entonces Uds....Primeramente, revisemos esto. Aquí está la revelación, para dar comienzo a lo que les quiero decir, lo que es. Lo que sucede es que... Esos Siete Truenos que él escuchó que sonaron, y que le fue prohibido escribir, en eso consiste el misterio, allí detrás de esos Siete Truenos consecutivos que salieron.

Pero ¿por qué? Prosigamos a probarlo. ¿Por qué? Es el secreto que ninguno conoce. A Juan le fue prohibido escribir de ello, y aun de escribir algún símbolo al respecto. ¿Por qué? Por esta razón no había ninguna actividad en el Cielo: posiblemente daría a conocer el secreto. ¿Ahora lo ven? Si es tan tremendo, pues tiene que estar incluido, porque tiene que suceder. Pero cuando los Siete Truenos... Ahora noten. Cuando aparecieron los siete Ángeles para tocar sus trompetas, hubo un solo trueno. Cuando Israel fue juntado, hubo una trompeta. “Cuando el tiempo no será más”, la última trompeta, un trueno. Pero aquí son Siete Truenos, seguidos, en línea: uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ese número perfecto. Siete Truenos, en línea, emitieron, no...emitiendo: uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, en línea. Luego, los Cielos no pudieron escribir eso. Los Cielos no pueden conocer nada al respecto, nada, porque no hay nada en qué basarse. Era un tiempo de reposo. Fue algo tan tremendo, que fue guardado como secreto de los Ángeles. Ahora, ¿por qué? Si Satanás lograra conocer esto, quizás haría gran daño. Esa es una cosa que él no sabe. Ahora, él puede interpretar lo que él quiera, y puede imitar cualquier don (ojalá estén aprendiendo), pero él no puede conocer esto. Ni está escrito en la Palabra. Es un secreto por completo. Los Ángeles y todos callaron. Si ellos hubieran hecho algún movimiento, quizás eso hubiera dado a conocer algo, así que callaron, dejaron de tocar las arpas. Todo se detuvo.

Siete, el número perfecto de Dios. Siete, en forma seguida. Siete Truenos emitieron uno tras otro, como si estuvieran deletreando algo. Noten, en ese tiempo, Juan comenzó a escribir aquello. Él le dijo: “No lo escribas”. Jesús nunca habló de esto. Juan no lo pudo escribir. Ángeles no saben nada al respecto. ¿Qué es? Es aquello de lo cual Jesús dijo “Aun los Ángeles en el Cielo no conocen” nada al respecto. ¿Ven? ¿Ven? El mismo no lo sabía. Dijo que solamente Dios lo sabría. Pero Él nos dijo que cuando comenzáramos a ver estas señales aparecer. ¿Ahora están entendiendo mejor? Muy bien. Noten, cuando comenzáramos a ver estas señales aparecer. ¿Ven? Si Satanás pudiese conocer esto...

Si Ud. desea que algo suceda...Ahora tendrán que creerme solamente por mis palabras. Si yo tengo planes para hacer cierta cosa, yo sé que no puedo decírselo a nadie. No es que esa persona lo andaría contando, pero la cosa es que Satanás lo oiría. ¿Ven? Él no lo puede saber, allí en mi corazón, mientras Dios lo tiene sellado con el Espíritu Santo, entonces la cosa es entre Dios y yo. ¿Ven? Él no sabe nada al respecto hasta que uno lo habla, y en eso él lo oye. Y yo he intentado... Le he dicho a la gente que haré cierta cosa, y vieran como el diablo me corta todos los caminos que puede, para él poder llegar primero. Pero si yo obtengo la revelación de parte de Dios, y simplemente no digo nada al respecto, entonces el resultado eso es muy diferente. Recuerden: Satanás tratará de imitar. El tratará de imitar todo lo que hará la Iglesia. Él lo ha intentado. Lo hemos notado a través del anticristo. Pero esta es una cosa en particular que él no podrá imitar. De esto no habrá mímica, porque él no lo sabe. No hay manera que lo llegue a conocer. Esta es el Tercer Jalón. Él no sabe nada al respecto. ¿Ven? Él no lo entiende.

Pero hay un secreto debajo de eso. ¡Gloria a Dios en las Alturas! Nunca pensaré igual el resto de mi vida, cuando vi... Ahora yo no sé qué... Sé cuál es el próximo paso, pero no sé cómo interpretar eso. Ya no falta mucho. Tengo escrito aquí cuando sucedió, si pudieran ver mi libreta: “Párate. No prosigas más adelante”. Ahora, yo no tengo la costumbre de ser un fanático. Les estoy diciendo la Verdad. Pero ¿recuerdan aquel zapatito, y que siempre he tratado de explicar cómo es que el alma está próxima a esto y que la consciencia interna y todo aquello? Y todo eso sirvió solamente para dar lugar al gran número de imitadores que siguieron. Tal como era de tomar la mano de la persona y tuvieron las vibraciones. Todo mundo tenía vibraciones en la mano. Pero acuérdense de cuando El me elevó allá y me dijo: “Esto es el Tercer Jalón, y nadie la conocerá”. ¿Se acuerdan? Las visiones nunca fallan. Son perfectamente la Verdad.

Ahora noten. ¿Recuerdan la visión de la constelación? Charlie, yo... Allí estás. Algo está ocurriendo, les dije esta semana, que Uds... Es algo que ha estado todo a su derredor, pero yo me pregunto si acaso lo han notado. ¿Recuerdan la visión de la constelación de Ángeles cuando salí de aquí hacia Arizona? ¿Recuerdan el mensaje titulado: “Señores, ¿Qué Tiempo Es”? ¿Recuerdan eso? Noten que hubo un solo estallido de trueno, y aparecieron siete Ángeles. ¿Correcto? Un estallido de trueno y aparecieron siete Ángeles. Vi cuando el Cordero abrió uno de los sellos, y oí a uno de los seres vivientes decir como con voz de trueno: Ven y mira. Noten que fue un trueno y Siete Mensajes que han estado sellados y no podían ser revelados hasta los últimos días, en esta edad ahora. ¿Ven lo que digo?

Ahora, ¿han notado la parte misteriosa de esta semana? De eso se trata. Eso es lo que ha sido. No ha sido un ser humano, un hombre. Ha sido los Ángeles del Señor. Noten. Hay tres testigos sentados aquí hoy, que hace una semana, un poco más de una semana, yo estaba allá muy metido en la sierra, casi con la frontera de México, junto con dos hermanos que están sentados aquí. Yo me estaba quitando unos cadillos o unas espinas del pantalón, cuando de repente hubo un estallido que parecía que iba a derrumbar los cerros. Ahora, eso es la verdad. Yo nunca les dije nada a los dos hermanos, pero ellos notaron una diferencia. Y El entonces me dijo: “Ahora, prepárate. Vuelve al oriente. Aquí está la interpretación de esa visión“. ¿Ven? Ahora, para hacerles ver, el Hermano Sothmann no había hallado el animal que andaba cazando. Estábamos haciendo el esfuerzo para conseguírselo. Y Él dijo: ”Ahora esta misma noche, como señal para ti, él no lo va lograr. Debes consagrarte ahora mismo para la visitación de estos Angeles“. Y me sentí casi fuera de mí mismo. Uds. dos lo recuerdan. Y yo estaba en el oeste. Los Ángeles venían hacia el oriente. Y cuando pasaron, yo fui levantado juntamente con ellos (¿recuerdan?) viniendo hacia el oriente.

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¿Y notaron? Yo dije: “Aquel Ángel en particular, era un Angel muy raro”? Me pareció como más conocido que los demás. ¿Recuerdan eso? Estaban en una constelación, con tres a cada lado y uno arriba. Y el que estaba aquí más cercano a mí, contando de izquierda a derecha, hubiera sido el séptimo Ángel. Él era más brillante y significaba más para mí que los demás. ¿Lo recuerdan? Yo dije: “Tenía el pecho así robusto, y estaba volando hacia el oriente, de esa manera”. ¿Recuerdan? Dije: “Me levantó, me alzó”. ¿Lo recuerdan?

Aquí está, el que tenía el Séptimo Sello, lo que he deseado saber por toda mi vida. ¡Amén! Los otros Sellos significaron mucho para mí, desde luego; pero, oh, Uds. no se imaginan lo que Este ha significado, ¡por una vez en toda la vida! Yo he orado y he clamado ante Dios. Yo... después de la reunión en Phoenix cualquiera sabe, de los que estaban conmigo. Pasé mucho tiempo en las montañas. Un cierto día me levanté, y fui al Cañón Sabino, en esos cerros grandes, altos y escabrosos. Y subí por allí. Y hay una senda, después de haber comenzado, que termina en el Monte Limón, lo cual es un trayecto de unas treinta millas, donde hay como treinta pies de nieve.

Entonces, estando allá en el cerro, muy temprano antes del amanecer, caminando por esta senda, tumbando piedras del camino, me sentí guiado a caminar por este otro lado. Y giré y al andar por allí, me encontré con unas piedras dentelladas y gigantescas que medirían más de cien metros de alto. Y allí entre esas piedras me arrodillé. Coloqué esta Biblia y este libro...esta libreta. Dije: “Señor Dios, ¿qué significa esta visión? Yo-estoy-estoy... ”Dije,“ Señor, esto... ¿Significa mi muerte”? Uds. recuerdan que les dije que pensé que posiblemente era mi muerte, porque algo explotó que me sacudió fuertemente. Uds. recuerdan. ¿Cuántos lo saben, o lo han oído? Pues, claro, vean, todos. Y yo pensé que podría significar mi muerte. Y luego, allá en el cuarto, dije: “¿Fue...Qué fue, Señor? ¿Qué significa esto? ¿Significa que voy a morir? Si así es, entonces bien; no le diré a mi familia. Déjame ir así, si mi obra ha terminado”. Y dije... Ahora, ¿qué era? Pero Uds. recuerdan que les dije, El me respondió, que no era eso. Era más bien el adelantamiento de mi obra.

Oh, oh, oh. ¿Lo entienden? ¿Ven? Y estando sentado allá en el Cañón Sabino... El Padre Celestial sabe esto. Tan cierto como Uds. han visto esto llegar a cumplirse, esos Ángeles bajaron y vindicaron cada mensaje ser la verdad. Entonces uno sabe si la cosa viene de Dios o no. Se les fue predicho por una visión. Yo no les podía decir esto hasta haber concluido estos cultos, porque me fue prohibido. Estando sentado aquella mañana allá en el Cañón Sabino, tenía las manos alzadas. Y mi...El viento se había llevado mi sombrero negro. Cuando...Yo estaba parado allí, con las manos alzadas, orando. Yo dije: “Señor Dios, ¿qué significa esto? No lo puedo entender, Señor. ¿Qué debo hacer? Si es mi tiempo de subir a Casa, permítame morir aquí mismo, acá donde nunca me hallarán. Yo no quiero que nadie esté llorando, si es que voy a partir. Yo quiero que mi familia piense que me fui en una caminata. Y no me hallarán. Escóndeme en algún lugar. Si es que voy a partir, pues, déjame ir. Quizás algún día José hallará mi Biblia aquí, y permite que él la use. Si es que voy a partir, Señor déjame ir”.

Y tenía las manos extendidas. Y de repente algo me cayó en la mano. Yo no sé. No puedo decir. ¿Me dormí? Yo no sé. ¿Estaba como en un trance? Yo no sé. ¿Fue una visión? No les puedo decir. Lo único que puedo decir es que yo... Igual a como eran esos Ángeles. Y esto cayó en mi mano. Y miré, y era una espada. Y tenía el puño de marfil, muy bello; y la guarnición era de oro. Y la hoja misma era como de cromo, como plata, sólo que era muy brillante. Y tenía un filo tan preciso, ¡qué cosa! Y pensé: “Eso es muy hermoso”. Me quedaba perfectamente en la mano. Pensé, “Eso es algo muy hermoso. Pero”, dije, “oye, yo siempre he tenido un temor de estas cosas, una espada”. Pensé: “¿Qué haré con esto”? En ese momento una Voz tronó por todo ese lugar, e hizo rodar las piedras. Dijo: “¡Esta es la Espada del Rey”! Entonces recapacité. “La Espada del Rey...”. Ahora, si hubiera dicho: “Una espada de un rey...” Pero dijo: “La espada del Rey”. Y hay un solo “el Rey”, y ese es Dios. Y Él tiene una Espada, y es Su Palabra, por la cual yo he vivido. Así es, que Dios me ayude, parado aquí frente a Su santo escritorio, con Su santa Palabra abierta aquí. ¡Es la Palabra! ¡Amén!

¡Oh, qué día en que estamos viviendo! ¡Qué grande cosa! ¿Ahora pueden ver el misterio y el secreto? La Tercera... Estando allí parado cuando esto se fue, Algo me vino y dijo: “No temas”. Ahora yo no oí ninguna voz, pero era algo como por dentro que me habló. Tengo que decirles la Verdad así como sucedió. Algo vino y dijo: “No temas, esto es el Tercer Jalón”. ¡Tercer Jalón! ¿Uds. recuerdan eso? Él dijo: “Has tenido tantos imitadores por esto, que lo has tratado de explicar. Pero”, dijo, “ni lo intentes con esto”. ¿Cuántos recuerdan eso? ¿Cuántos recuerdan esa visión? Pues, está en todas partes. Está grabado, y está en todas partes. Eso ya hace como seis años, como siete años. Hace como siete años. Dijo: “No trates de explicar eso”. Dijo, “Esto es el Tercer Jalón, pero te encontraré allá adentro”. ¿Correcto? Dijo, “No intentes...”

Yo me encontraba con un zapatito de niño en la mano, cuando El me habló. Dijo: “Ahora haz tu Primer Jalón. Y cuando lo hagas, los peces seguirán la carnada”. Dijo, “Luego vigila bien el Segundo Jalón”, dijo, “porque sólo serán peces pequeños”. Él dijo, “Luego el Tercer Jalón lo captará”. Y todos aquellos ministros me rodearon, diciendo: “¡Hermano Branham, nosotros sabemos que Ud. lo puede lograr! ¡Aleluya! ¡Hermano Branham”! Allí es donde siempre me enredo, con un grupo de predicadores. ¿Ven? Yo amo a la gente. Quieren que uno les explique todo esto, aquello.

Y yo dije: “Pues, yo no sé”. Dije, “Yo entiendo cómo pescar. Ahora”, dije, “ahora, lo primero que uno hace... Así es como se hace. Uno ve los peces alrededor, y hay que halarle duro a la carnada”. Pues, esa es exactamente la táctica de pescar. Entonces dije: “Hale duro a la carnada. Ahora, vean, cuando halé la carnada, la primera vez, los peces la siguen”. Pero eran muy pequeños. Y así era como los que ellos estaban pescando. Así que entonces dije, “Luego uno se prepara...” Y en eso jalé duro y cayó en la ribera. Y yo tenía un pez, pero parecía la piel del pez adornando la carnada, era tan... era tan pequeño. Y entonces yo estaba parado allí, y Algo me dijo: “¡Te dije que no hicieras eso”! Comencé a llorar. Tenía toda la línea enredada por todos lados de esta manera. Y tenía... Estaba parado allí, llorando, con la cabeza inclinada de esta manera. Dije: “¡Dios! Oh, yo... ¡Perdóname! Yo soy una persona estúpida. Señor, no... Perdóname”. Y tenía esta cuerda. Y en eso lo que tenía en la mano era el zapatito de un niño, como así de largo. Y tenía ese cordón, como del grueso de mi dedo, como de trece milímetros. Y el agujero en el zapatito era como el tamaño de... más pequeño que dos milímetros, quizás, en el agujero. Y yo estaba tratando de acordonar el zapato con ese grande cordón de 25 milímetros. Vino una Voz que dijo: “No puedes enseñarles cosas sobrenaturales a bebés pentecostales. ¡Déjalos”!

En ese momento El me alzó. Me elevó, y me colocó en un lugar muy alto, donde se estaba celebrando una reunión. Parecía ser una carpa o una especie de catedral. Y yo miré, y había algo como una cajita, un lugar pequeño hacia un lado. Y vi que esa Luz estaba conversando con alguien, más arriba de mí, la Luz que Uds. pueden observar en la fotografía. Se fue girando de donde yo estaba, de esa manera, y se fue a posar sobre esa carpa. Y dijo: “Allí te encontraré”. Y dijo, “Esto será el Tercer Jalón, y no se lo dirás a nadie”. Y allá en el Cañón Sabino, Él dijo: “Este es el Tercer Jalón”. Y hay tres grandes cosas que la acompañan. Y una se me desenvolvió hoy...o ayer; la otra se desenvolvió hoy, y queda una cosa que no puedo interpretar, porque está en un lenguaje desconocido. Pero estuve allí parado, y lo miré directamente. Y esto que viene es el Tercer Jalón. Y el Espíritu Santo de Dios... ¡Oh, qué cosa! Por eso fue que todo el Cielo estuvo en silencio.

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Y tenía en su mano un librito abierto: y puso su pie derecho sobre el mar, y el izquierdo sobre la tierra;

Y clamó con grande voz, como cuando un león ruge: y cuando hubo clamado, siete truenos hablaron sus voces.

Apocalipsis 10:1-3


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