Campo de batalla - la mente humana.

William Branham.

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La batalla más grande jamás peleada.

Ahora, antes que cualquier batalla entre en formación, primero tienen que escoger un terreno de enfrentamiento, o un lugar donde la batalla va a ser peleada, un lugar selecto. En la Primera Guerra Mundial, fue establecida en lugares despoblados y lugares así donde ellos pelearon. Y tiene que haber un lugar que es seleccionado. Como cuando Israel se enfrentó contra los filisteos, había una colina a cada lado donde ellos se reunieron. Y de allí salió Goliat y desafió a los ejércitos de Israel. Allí fue donde David lo encontró en el valle, cuando él pasó por el arroyito que corría entre las dos colinas, y recogió las piedras. Tiene que seleccionarse un lugar.

Y en esto, hay un-un campo mutuo, un lugar despoblado y ellos pelean allí en ese lugar. Ellos no hacen que uno pelee aquí, y el otro pelee allá, y el otro pelee acá. Hay un frente de batalla donde ellos se enfrentan y prueban sus poderes, donde cada ejército prueba su fuerza contra el otro ejército, un lugar mutuo de enfrentamiento. Ahora, ¡no fallen en captar esto! Cuando esta gran batalla empezó en la Tierra, tuvo que haber un lugar mutuo de enfrentamiento. Tuvo que haber un lugar seleccionado para empezar la batalla, y en donde librar la batalla. Y ese campo de batalla comenzó en la mente humana. Allí es donde la batalla empieza. La mente humana fue escogida para el lugar de la batalla, donde iba a empezar, y eso es debido a que las decisiones se hacen en la mente, en la cabeza. Ahora, ellas no fueron iniciadas por alguna organización; no comenzaron por alguna cuestión mecánica. El campo no empezó allí. Por lo tanto, esa organización jamás, jamás podrá realizar la obra de Dios; porque el campo de batalla, donde Uds. tienen que enfrentar a su enemigo, está en la mente. Uds. tienen que hacer su decisión. Los enfrenta a Uds. Quiero que esta niñita aquí, que está muy enferma, esté segura de escuchar ahora esto muy atentamente.

Las decisiones se toman en la mente, en la cabeza. Allí es donde Satanás se enfrenta con Uds. y donde son tomadas las decisiones, siendo que Dios hizo al hombre de esa manera. Ahora, tengo (si Uds. estuvieran mirando mi nota aquí) un pequeño cuadro dibujado. Yo lo tenía aquí no hace mucho tiempo, en... dibujado en el pizarrón. El ser humano está compuesto igual que un grano de trigo. Es una semilla. Y el ser humano es una semilla. Físicamente, Uds. son la semilla de su padre y madre; y la vida proviene del padre, la pulpa proviene de la madre. Así que, los dos juntos, el óvulo y la-la sangre, se unen. Y en la célula de sangre está la vida. Y allí se empieza a desarrollar, formando al niño.

Ahora, cualquier semilla tiene una cáscara en el exterior; en el interior está la pulpa; y dentro de la pulpa está el germen de vida. Bueno, de esa manera estamos hechos nosotros. Nosotros somos cuerpo, alma, y espíritu. Lo exterior, el cuerpo, la cáscara; lo interior de eso, la conciencia y lo demás, es el alma; y en lo interior del alma, está el espíritu. Y el espíritu gobierna todo lo demás.

Ahora, si Uds. se sientan, cuando lleguen a casa, y dibujan tres círculos pequeños, Uds. se darán cuenta que el cuerpo en lo exterior tiene cinco sentidos por los cuales es contactado, y esos son: vista, gusto, tacto, olfato, oído. Esos son los cinco sentidos que controlan el cuerpo humano. Dentro del cuerpo está el alma, y esa alma está controlada por: imaginación, conciencia, memoria, razonamiento, y afecto. Estas son las cosas que controlan el alma. Pero, el espíritu solamente tiene un sentido. El espíritu... ¡Oh, captémoslo! El espíritu tiene un sentido, y ese sentido que lo domina es una de las dos: fe o duda. Eso es exactamente. Y hay una sola avenida hacia él, es el libre albedrío. Uds. pueden aceptar la duda o Uds. pueden aceptar la fe, cualquiera de las dos que Uds. deseen poner en acción. Por lo tanto, Satanás empezó en la parte principal, para causar que el espíritu del hombre dudara la Palabra de Dios. Dios empezó en la parte principal, para poner Su Palabra en ese espíritu. Ahí lo tienen Uds. Eso es lo que lo logra.

Si esta iglesia ahora mismo se pudiera unir, y enlazarse de tal manera que toda persona estuviera en un acuerdo, sin ninguna sombra de duda en ninguna parte, no habría una sola persona débil en nuestros medios, dentro de los cinco minutos que siguen. No hubiera nadie aquí que deseara el Espíritu Santo que no lo recibiera, si Uds. sólo pudieran arreglar esa cierta cosa.

Ahora, allí está dónde la batalla empieza, allí en su mente, si Uds. lo harán o no. Ahora, recuerden ahora que no es Ciencia Cristiana, la mente dominando la materia. Eso no tiene... La mente acepta la Vida, lo cual es la Palabra de Dios, y de ella viene la Vida. Sólo su pensamiento no lo logra. Sino es la Palabra de Dios, traída por el conducto de su pensamiento. ¿Lo ven? No es el pensamiento, como la Ciencia Cristiana dice que es, “la mente dominando la materia”. No. Eso no es. Pero, su mente la acepta, la capta. ¿Qué es lo que controla su mente? Su espíritu. Y su espíritu capta la Palabra de Dios, y esa es la cosa que tiene Vida en Ella. Trae Vida dentro de Uds. ¡Oh, hermano! Cuando eso sucede, cuando la Vida baja por ese conducto para entrar en Uds., la Palabra de Dios es manifestada en Uds. “Si permanecéis en Mí, y Mis Palabras permanecen en vosotros, entonces pedid todo lo que queréis, y os será hecho”.

Entonces, ¿qué hace eso? Desde el centro del corazón, lo cual es el alma, ella misma sale desde allí automáticamente, alimentando cada conducto. El problema de esto, es que nosotros estamos parados aquí con mucha duda adentro, tratando de aceptar lo que está allá afuera. Uds. tienen que parar de hacer eso, y venir por ese conducto con la verdadera Palabra de Dios, y entonces sale Ella misma, automáticamente. Es lo que está adentro. Esa es la cosa que cuenta, lo de adentro. Satanás lo aborda desde adentro.

Ahora, Uds. dicen: “Yo no robo. Yo no bebo. Yo no hago estas cosas”. Eso no tiene nada que ver con ello. Vean, es lo de adentro. No importa cuán buenos Uds. sean, cuánta moral Uds. tengan, cuán fieles Uds. sean, esas cosas son respetadas. Pero Jesús dijo: “El que no naciere de nuevo...” ¿Ven? Tiene que haber algo que sucede adentro. Si no sucede, entonces eso es artificial, es un engaño, pues en lo profundo de su corazón Uds. lo desean hacer de todas maneras.

No puede ser artificial. Tiene que ser real. Y existe sólo una avenida por la que eso puede venir, y es por medio del libre albedrío, llegando al alma, por medio de sus pensamientos. “Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él”. “Si tú dices a este monte: 'Quítate', y no dudas en tu corazón, sino crees que será hecho lo que dices, lo que digas te será hecho”. ¿Lo captan? [La congregación dice: “Amén”-Ed.]. Ahí lo tienen Uds. ¿Ven? Ahí está el campo de batalla.

Si tan sólo empezaran con eso primero. Estamos tan ansiosos de ver que sucedan cosas. Estamos tan ansiosos de hacer algo para Dios. Esta damita sin... está ansiosa, sin duda está ansiosa de vivir. Ella quiere ser sana. Otros están aquí que quieren ser sanos. Y cuando oímos tocante a ese caso, como el del doctor, la resurrección de los muertos, las cosas grandes y poderosas que nuestro Dios ha hecho, entonces nos ponemos ansiosos. Y el asunto es que tratamos de alcanzar eso por medio de estos sentidos, de aferrarnos de algo aquí, como la conciencia.

Tanta gente, muchas veces, ha distorsionado la Palabra. Y he sido malentendido en esto, de hacer llamamientos al altar. Yo dije: “Yo no estoy muy de acuerdo con un llamamiento al altar”, no queriendo decir que no se debe hacer un llamamiento al altar. Pero alguien toma a alguien del brazo, y le dice: “¡Oh, Hermano Juan!, ¿sabes qué? Yo y Ud. hemos sido vecinos todo este tiempo. Pasa acá al altar, arrodíllate”. ¿Qué está haciendo? Quisiera que tener aquí un pizarrón, para que les pudiera mostrar a Uds. lo que él está haciendo. Él está intentando llegar a su alma, por los afectos. ¡Eso no funciona! ¡Esa no es la avenida! Seguramente que no lo es. Quizás él esté obrando en (¿en qué?) en la memoria, por medio del sentido de su alma. “¡Oh, Hermano Juan, tú tuviste una madre maravillosa! Ella murió hace mucho tiempo”. ¡Es una memoria! ¿Ven? Uno no puede hacer eso. Tiene que descender por la línea del libre albedrío. Uds. mismos permitan que la Palabra de Dios... Uds. no pasan porque su madre fue una mujer buena. Uds. no pasan por su vecino tan bueno. Uds. pasan porque Dios los llama a que vengan, y Uds. lo aceptan a Él en base a Su Palabra. Esa Palabra significa todo. ¡Esa Palabra! Si Uds. pueden quitar todo lo que estorba, toda conciencia, todos los sentidos, y sólo permiten que la Palabra entre, entonces esa Palabra se producirá exactamente.

Aquí, ¿ven con qué está cubierto? Uds. dicen: “Pues, mire”, Uds. dicen, “entonces éstos: la conciencia y los sentidos y lo demás, ¿no tienen nada que ver con ello, Hermano Branham?” Seguramente que sí tienen que ver. Pero si Uds. permiten a la Palabra entrar, y la cubren con conciencia, entonces Ella no puede crecer; será una palabra deforme. ¿Han visto alguna vez un buen grano de maíz plantado en la tierra, en el que un palo cayó sobre él? Crecerá torcido. Y así será con cualquier vid, cualquier cosa que crezca hacia arriba, porque algo le ha estorbado.

Pues, eso es lo que pasa con nuestra Fe pentecostal hoy día. Hemos permitido que muchas cosas la estorben, a la Fe que nos ha sido enseñada: el Espíritu Santo que ha estado morando en nosotros. Hemos permitido muchas cosas, por estar mirando a alguien más.... Y el diablo siempre les está tratando de señalar a Uds. la falta de alguien, pero él los trata de mantener apartados a Uds. del testimonio verdadero que es genuino. Él les señalará a Uds. a un hipócrita, algunas veces, aquel que fue e imitó algo. Él no lo logró, porque estaba imitando. Pero si viene de la fuente verdadera de la Palabra de Dios, “el cielo y la tierra pasarán, pero Mis Palabras no pasarán”. Ella tiene que permanecer allí. ¿Lo ve, hermana?

Tiene que ser aceptado en la mente, entonces es creída con el corazón. Después la Palabra de Dios llega a ser una realidad; entonces todos los sentidos del alma y del cuerpo son limpiados enteramente con el Espíritu Santo. Entonces su sentido es de Dios, su conciencia es de Dios, todo lo que es piadoso fluye por medio de Uds. No hay ni una duda en ninguna parte. No hay nada que se pueda levantar. No hay nada que pueda surgir de la memoria y decir: “Pues, yo recuerdo que la Sra. Jones trató de confiar en Dios, y la Sra. Fulana de tal. La Sra. Fulana de tal trató de confiar en Dios para sanidad en una ocasión, y ella falló”. ¿Ven? Pero si ese conducto ha sido limpiado y ha sido purgado, y ha sido lleno en lo de adentro con el Espíritu Santo, entonces eso ni siquiera entra a la memoria. No importa tocante a la Sra. Jones y lo que ella hizo. Es Ud. y Dios, juntos, y nadie más sino Uds. dos. ¡Ahí lo tienen! Ahí está su batalla.

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La batalla más grande jamás peleada.

A los cielos y la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición: escoge pues la vida, porque vivas tú y tu simiente:

Deuteronomio 30:19