El develamiento de Dios.
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Dios velado en Moisés.
William Branham.Lea el plenamente en cuenta en...
El develamiento de Dios.2 Corintios 3:13-16,
13 Y no como Moisés, que ponía un velo sobre su rostro, para que los hijos de Israel no fijaran la vista en el fin de aquello que había de ser abolido.
14 Pero el entendimiento de ellos se embotó; porque hasta el día de hoy, cuando leen el antiguo pacto, les queda el mismo velo no descubierto, el cual por Cristo es quitado.
15 Y aun hasta el día de hoy, cuando se lee a Moisés, el velo está puesto sobre los corazones de ellos.
16 Pero cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará.----
Moisés tenía la Palabra. Ahora recuerden, después que la Palabra era manifestada, Moisés era Moisés otra vez. ¿Ven? Pero mientras esa Palabra estaba en él para ser dada, él era Dios; pues él ya no era Moisés. El tenía la Palabra del Señor para esa edad. Nada podía tocarlo a él hasta que eso terminara; él tenía esa Palabra con él. Así que, por lo tanto, cuando él vino, la gente volteó sus rostros; no podían entender. El había sido cambiado. El era un hombre diferente. El vino con esa Palabra. “Y él se ponía un velo”, la Biblia dice, “sobre su rostro”, porque él tenía la Palabra. Y él era la Palabra para ellos.Ahora miren, si Moisés... Oh hermano, esto va a ofender. Pero si Moisés... Como Pablo dijo aquí en 2 Corintios, el capítulo 3. Si Moisés tuvo que velar su rostro con ese tipo de gloria sobre él, ¿ven?, porque esa era una gloria natural, esa era una ley natural. Y si Moisés, sabiendo que esa ley tenía que perecer, pero la gloria era tan grande que cegó al pueblo, tanto que ellos tuvieron que ponerle un velo sobre su rostro. ¿Qué tanto más será Esta? ¡Gente cegada espiritualmente! Ajá. Esa gloria iba a desvanecerse, pero esta Gloria no se desvanecerá. ¿Ven? Moisés tuvo las leyes carnales, la condenación, sin gracia, sin nada; sólo lo condenaba a uno. Pero Esto de lo que estamos hablando... En aquello no había perdón, aquello sólo le dijo a uno lo que uno era. Esto le da a uno un camino de escape. Y cuando esa Palabra es revelada, oh, hermanos, ¿qué clase de rostro será? Tendrá que estar velado. Tiene que estar velado. Ahora fíjense. Así que el Espíritu está velado en un templo humano, ¿ven?, para que El hable las palabras naturales con un velo natural.
Ahora, Pablo hablando aquí, y en este- este sentido, el Espíritu Palabra: “Nosotros somos ministros, no de la letra, la ley, pero ministros competentes del Espíritu”, en donde el Espíritu toma la letra y la manifiesta. Eso sólo era ley, uno tenía que ir a verla qué decía: “No cometerás adulterio. No robarás. No mentirás. No harás esto, aquello, o lo otro”. ¿Ven? Uno tenía que ver eso.
Pero esto es el Espíritu que viene sobre la Palabra prometida para esta edad, y produce y manifiesta, no dos tablas de piedra, sino la Presencia del Dios viviente. No es un pensamiento mítico que alguien se imaginó, o de algún Houdini [Mago norteamericano, conocido por sus escapes espectaculares. -Trad.], un truco, sino la misma promesa de Dios revelada y manifestada delante de nosotros. ¿Detrás de qué clase de velo estará eso? Y fallar-fallar en ver eso....
¿Ven?, eso fue tan grande que aun el pueblo dijo, ellos dijeron cuando vieron a Jehová descender en esta Columna de Fuego y comenzar a estremecer la tierra, y- y las cosas que El hizo, y el monte en fuego. Y aun si alguien trataba de ir a ese monte, perecía. Era tan grande, al grado, que aun Moisés temió el temblor. Entonces, si en aquella vez El sólo conmovió el monte, esta vez El conmoverá los cielos y la tierra. ¿Qué acerca de esta Gloria? Si aquélla fue velada por un velo natural, ésta es muy... Velada por medio de un velo espiritual. Así que no traten de mirar lo natural, entren en el Espíritu y vean en dónde están Uds., vean en qué hora estamos viviendo.
¿Tiene eso sentido para Uds.? ¿Ven?, es un velo espiritual que está sobre la gente, dicen: “Yo soy Metodista. Soy tan bueno como cualquiera. Yo soy Bautista. Yo soy Pentecostal”. ¿No se dan cuenta que esa cosa es un velo tradicional? Está escondiendo a Dios de Uds. Esas son las cosas que le impiden gozar todas.... Oh, Uds. dicen: “Yo grito y salto”. El dijo: “¡Toda Palabra!” Eva creyó toda Palabra excepto una. ¿Ven? Es la Palabra completa de Dios, la promesa de esta hora manifestada. ¿Ven? 141 Fíjense ahora mientras continuamos. Tengo aquí bastante de qué hablar, pero tengo como veinte páginas, pero eso... de- de notas, pero yo- yo no hablaré de todas ellas. ¿Ven?, me apresuraré. Sí.
El estaba velado con un velo natural antes que él pudiera hablarle la Palabra a la gente. Ahora, Dios mismo se tiene que velar, como El lo prometió, en carne humana. ¡Dios! ¿Lo captan? Dios mismo se tiene que velar en carne humana, y poner un velo espiritual sobre ellos, (dicen: “Bueno, yo soy esto y yo soy aquello”), para hablarle a la gente. Cuando eso es velado, lo cual es el velo tradicional, es hecho pedazos, entonces el... eso es lo que dicen: “Bueno, los días de los milagros han pasado”.
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Ahora el velo natural. Dios, la Palabra, velada en carne humana. ¿Qué era? Dios estaba velado en Moisés. Dios estaba en Moisés, velado, y la Presencia de Dios estaba en él. El era tan perfecto con esa Palabra en él de esa manera, al grado que él tenía que velar su rostro. Y era un profeta vindicado que manifestó la Palabra y les dijo: “¡Tú no harás esto! ¡Tú harás esto! ¡Y tú no harás esto!” ¿Ven?Para dar Su Palabra a esa generación, El mismo se veló en un ser humano, o la Palabra hubiera cegado aun a los llamados a salir fuera. ¿Ven? Aun el pueblo que estuvo allá no podía soportar ver eso. En- en Exodo encontramos eso; ellos dijeron: “Que hable Moisés, no Dios”. ¿Ven por qué la Columna de Fuego no aparece mucho? ¿Ven? Dios dijo: “Yo haré eso. Yo les levantaré un Profeta”. ¡Amén! “Yo les levantaré uno”. Y El vino exactamente. “Yo levantaré, y El tendrá que ser la Palabra”. El dijo: “Si ellos quieren ver lo que es la Palabra...” Dijo: “Ahora, Moisés, Yo me aparecí a ti allá en aquella zarza ardiendo”. Dijo: “Yo voy a descender y pondré ese monte en fuego”. Dijo: “Ellos verán que tú les has dicho la verdad. Yo me apareceré aquí de la- de la- de la misma manera ardiente. Yo me apareceré aquí y le probaré al pueblo, Yo vindicaré tu ministerio”. Eso fue lo que le dijo a Moisés allá, en pocas palabras.
Fíjense, El dijo: “Ahora Yo voy a- Yo voy a glorificarte delante del pueblo”. Dijo: “Ahora, tú les dijiste que Yo me encontré contigo allá en una zarza ardiendo; ahora Yo voy a descender, el mismo Fuego, y Yo voy a dejar que el pueblo vea que tú nunca mentiste al respecto”. Uds. aun pueden probarlo científicamente, si Uds. quieren. ¿Ven? “Yo voy a descender y darles a saber a ellos”. Y cuando El comenzó a tronar, cuando Jehová comenzó a tronar, el pueblo dijo: “¡No! ¡No! ¡No! No permitas que Jehová hable; nosotros-nosotros moriremos”.
¿Ven?, El tenía que estar velado, así que Dios mismo se veló en Moisés y le dio a Moisés la Palabra. Y Moisés descendió y habló la Palabra del Señor con un velo sobre su rostro. ¿Es correcto eso? Jehová velado en la forma de un profeta, porque eso hubiera absolutamente... Y Dios dijo que El ya no les hablaría de esa manera. El únicamente les iba a hablar por medio de un profeta. Esa es de la única manera que El les había de hablar de allí en adelante. De esa manera El siempre les habló. Eso es correcto. Nunca de ninguna otra manera. El no miente.
Fíjense: sólo Moisés tenía la Palabra. Ahora, no era un- un grupo el que descendió, no era solamente el de los fariseos, o el de los saduceos, o no era una- una cierta secta o un clan. ¡Era Moisés! El tomó a un hombre. El no puede tomar dos o tres diferentes mentes. El toma a un hombre. Moisés tenía la Palabra, y solamente Moisés. Aun Josué no la tenía. Nadie más la tenía. ¡Amén! Josué era un-un general; Josué era un comandante del ejército; Josué era un creyente, un Cristiano. ¡Pero Moisés era un profeta! La Palabra no podía venir a Josué; tenía que venir a Moisés. El era el profeta mayor de la hora. Fíjense: la Palabra nunca vino a Josué hasta que Moisés partió. No, señor, Dios lidia con uno a la vez. Dios es uno. ¿Ven? Ahora, sólo Moisés tenía la Palabra, no un grupo.
Miren, Dios advirtió a todas las personas de no tratar de seguir a Moisés dentro de ese velo: imitadores. ¿Ven? Mujer, hombre, sacerdote, quienquiera que fuera, qué tan piadoso, qué hombre fuera, cuánto honor, cuánto ellos fueran; El advirtió: “¡Que Moisés venga solo! Y si algún hombre, aun un animal, lo tocare, tendría que ser matado allí mismo”. Nunca entre detrás de ese velo. Ese velo pertenece a una persona. Ese Mensaje es uno. ¿Ven? En el templo, un hombre entraba una vez al año, ungido y arreglado para entrar; no para sacar la Palabra, sino para ofrecer sangre. Aun para entrar allí adentro delante de Ella, era solamente uno. Cualquier otro hombre moría. ¿Ven?
Ellos mueren espiritualmente ahora. Este es un velo espiritual. ¿Ven? Ese era un velo natural. Este es un velo espiritual. ¿Ven? Ellos siguen entrando detrás de allí; uno puede decirles. “¡Oh, yo sé! Yo sé eso, pero yo...” ¿Ven?, sigan adelante, está bien, sólo habla... Uds. recuerdan que la última plaga en Egipto fue muerte, antes del éxodo. La última plaga sobre la tierra es muerte espiritual, antes del éxodo. Entonces ellos serán incinerados y vueltos al polvo, y los justos andarán sobre sus cenizas. Pero la última cosa será muerte espiritual, rechazando la Palabra.
Ahora fíjense: Dios advirtió a toda persona que no trataran de seguir a Moisés dentro del velo de Fuego. Moisés iba a ser velado; él tenía que salir de allí. Moisés entró como Moisés, entró en esta Columna de Fuego; y cuando él salió, él estaba velado. Pues, él entró allí, apartándose de sus tradiciones, las tradiciones de los ancianos. El había visto la Columna de Fuego, pero ahora él iba a entrar en la Columna de Fuego. ¿Ven? ¡Amén! Y él salió velado. ¡La Palabra de Dios en un hombre, velado! Aquí viene saliendo él, oh, hermanos, yo puedo verlo. Advirtió que nadie más lo intentara; nadie puede imitar Eso. Es mejor que no. ¿Ven? Aun un sacerdote o un hombre santo, quienquiera que fuera, cardenal, obispo, cualquier otra cosa, tratando de entrar detrás de ese velo, moría. Dios les advirtió. No tendremos imitaciones.
Su Palabra es revelada a uno. Siempre ha sido así, venía un profeta con la Palabra del Señor, en cada edad, cada vez, a través de la Escritura. La Palabra viene a uno. En cada edad, lo mismo, aun en las edades de la iglesia, desde la primera hasta la última. Otros tienen sus lugares, eso es correcto, fíjense, pero apártense de esa Columna de Fuego. ¿Ven? ¡Qué lección aprendemos aquí! ¿Ven?, todos queriendo ser un Moisés, y todos....
¿Recuerdan Uds. lo que Datán y ellos dijeron allá? Ellos dijeron: “¡Mira Moisés, espera un momento! Tú mismo quieres controlar todo. ¿Ven? Ahora, hay otro hombre aquí que Dios ha llamado”. Eso es verdad. Ellos, cada uno, iba siguiendo bien mientras iba caminando; pero cuando uno intentó estar por arriba de los demás y tomar la posición de Dios, que El le había dado a Moisés, el cual era predestinado y ordenado para ese trabajo, intentó de tomarla, fuego descendió y la tierra se abrió y se los tragó. ¿Ven? ¿Ven? Tengan cuidado. ¿Ven? Sólo sea un buen Cristiano piadoso de Dios, creyendo la Palabra. ¿Ven? Apártense de esa Columna. ¡Qué lección!
Dios primero se le había aparecido a Moisés en una zarza ardiendo; Dios estaba velado en la Columna de Fuego. Ahora escuchen atentamente por un momento. Dios primero vino a Moisés; El estaba velado. Dios estaba en una Columna de Fuego, escondido allá en una zarza, ¿ven?; lo mismo que detrás de las pieles, ¿ven?, allá, junto al propiciatorio en el altar. ¿Ven? El estaba velado. El siempre está velado. Y cuando El vino a Moisés, El estaba en una Columna de Fuego, velado en la Columna de Fuego. Pero allí, delante del pueblo, Dios lo vindicó a él por la misma Columna de Fuego. ¿Ven? Moisés dijo....
Ahora observen. ¿Están leyendo? ¿Están Uds. dejando sus mentes vagar muy lejos? ¿Pueden Uds.? Pueden... “El que tiene oídos, oiga”. ¿Ven? Cuando Dios se le apareció a Moisés, fue en una Columna de Fuego, cuando El lo llamó a su ministerio. Y Moisés vino y le dijo al pueblo al respecto. Ellos no podían creerle; sin embargo, él hizo los milagros y cosas. Pero, esta vez, El visiblemente, científicamente, apareció y vindicó que el ministerio de Moisés era el mismo Dios que le habló a él, porque El apareció en la forma de la Columna de Fuego y puso el monte en fuego. Y Ella vino a Moisés en una zarza; le habló a él. Muy bien.
Era la primera aparición de Dios, a Moisés, en el velo de la zarza ardiendo. Delante del pueblo, Dios se veló otra vez y vindicó a Moisés por medio del velo, al velarse El mismo con el mismo Fuego, la misma Columna de Fuego que había descendido. Desde- desde entonces... De ellos, para que sólo pudieran oír la Palabra de Dios. ¿Lo captan? Sólo la Palabra; ellos oyeron Su Voz. Porque Moisés era, para ellos, la Palabra viviente. ¡Moisés! ¿Ven?, ¡Dios había probado tanto esa Palabra por medio de Moisés! ¿Ven?, Moisés dijo... Dios le dijo a Moisés: “Desciende allá. Yo seré contigo. El es... Nada te podrá hacer frente. YO SOY EL QUE SOY”.
Moisés descendió, y dijo: “Tal vez Uds. no crean esto, quizás, pero Dios se me apareció en una Columna de Fuego, y El me dijo estas cosas”. “Oh, nosotros tenemos toda clase de cosas iguales aconteciendo”. Faraón dijo: “¡Qué va!” El pastor Faraón dijo: “Qué va, tú tienes un truco mágico fácil. ¡Qué va!, yo tengo hechiceros aquí que pueden convertir una serpiente en... una vara- una vara en una serpiente. Vengan aquí, hechiceros”. Y ellos llegaron allí, e hicieron la misma cosa.
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